Un año en la vida de los tilos de la estación
Junto a La Estación de Puente Viesgo habitan vecinos insignes y silenciosos como estos veteranos tilos de hoja pequeña o Tilia cordata. Estos árboles ya añosos han visto pasar muchos trenes bajo sus ramas, han sido testigos mudos de la historia del siglo XX desde este rincón de Puente Viesgo formando siempre parte del decorado de esta función sin fin. Hasta hoy.
A partir de hoy se convertirán en protagonistas, vamos a observarles con detenimiento cada día y os vamos a hacer partícipes de todo lo que les vaya ocurriendo durante estos 12 meses para sorprendernos al ver cómo en torno a un árbol se abrazan conceptos tan opuestos como quietud y dinamismo hasta disolverse el uno en el otro. Empezamos!
TEMPORADA 1. “UN AÑO EN LA VIDA DE…: LOS TILOS DE LA ESTACIÓN”
CAPÍTULO 1. CORAZONES ALADOS
Empieza la primera temporada de “Un año en la vida de…” que como ya sabéis gira en torno a los tilos de La Estación de Puente Viesgo. El primer capítulo de todas las series siempre presenta a los protagonistas y sus circunstancias, introduciendo la trama que se desarrollará durante el resto de capítulos, así que ¡vamos allá!
Como ocurre a menudo, los tilos reciben su melódico nombre de la notación científica, en este caso hablamos de Tilia cordata. Pero…de dónde viene su nombre científico? Pues, como casi siempre, de las mal llamadas lenguas muertas, veamos:
- ‘Tilia’ viene de la palabra griega “ptilon” que significa ala, ala como la que acompaña a sus flores en primavera.
- ‘cordata’ es una palabra latina que significa acorazonada, acorazonada como la forma de sus hojas.
Hojas y flores protagonizarán sendos capítulos en su momento.
Los tilos son árboles que gustan de zonas húmedas y sombrías y, preferiblemente, de suelos calizos. Estando, por tanto, ligados al frescor de la sombra y a la humedad no es de extrañar que crezcan de forma natural en la franja norte de la Península Ibérica y luego se extiendan por casi todo el continente europeo hasta el Caúcaso y Siberia occidental, donde ya las condiciones se vuelven demasiado extremas para estos árboles. Lo mismo les ocurre a partir de los 1600 metros de altura donde ya no encuentran acomodo por las especiales condiciones ligadas a la altitud.
Los tilos son árboles que gustan de zonas húmedas y sombrías y, preferiblemente, de suelos calizos.
La relación de los tilos con el ser humano siempre ha sido muy cercana por su proverbial habilidad para calmarnos, pero además, en el corazón de Europa, en las tierras germánicas y bálticas, es un árbol sagrado, bajo cuyas ramas juraban sus cargos reyes y señores y se celebraban Consejos. No es de extrañar, por tanto, que el tilo sea el árbol nacional de la República checa o que la calle principal de Berlín, esa que desemboca en la célebre e histórica Puerta de Brandenburgo se llame “Unter den Linden” (Bajo los tilos) y esté flanqueada a ambos lados por excepcionales ejemplares.
Los tilos de la estación son también unos árboles imponentes, próximos a los 100 años, si es que no los rebasaron ya. Su veteranía se refleja, como en casi todos nosotros, en su piel, en esa corteza ya ajada por el paso del tiempo. Un tiempo, el que ya se fue, cargado de momentos claves en su vida, momentos curiosos, plácidos, críticos… Viviremos junto a ellos muchos de esos momentos a lo largo del recién estrenado 2018 en esta primera temporada de “Un año en la vida de…”.
Hasta el próximo capítulo!