Setas de Valles Pasiegos: Las grandes desconocidas
Se estima que Cantabria cuenta con unas 7000 especies de hongos y setas, de las cuales un 10% son aprovechables gastronómicamente hablando, otras sin interés culinario alguno, y algunas otras tóxicas, desaconsejables para el consumo humano. Una cesta de setas recogidas al azar, sin conocerlas en detalle, podría transformar una agradable jornada de campo en un recuerdo imborrable… ¡para mal!
Sin embargo el interés de hongos y setas va más allá de una buena receta, y su presencia supone un “termómetro” para la salud del bosque y el medio que nos rodea. Conocidas también como carpóforos, son el cuerpo fructífero de los hongos (al igual que una pera lo es de un peral); seres vivos que poseen una vida en la mayoría de las ocasiones, subterránea.
Las setas son sólo la punta del iceberg ya que son los hongos los seres vivos de mayor tamaño y longevidad del planeta. Es precisamente uno de ellos del género Armillaria spp. en Oregón (EE.UU) el más extenso que se conoce, con un tamaño aproximado de unos 1660 campos de fútbol, ¡ni más, ni menos!
Las setas de color miel que produce también las encontramos al recorrer en otoño nuestras rutas pasiegas de la Red Natura 2000.
El 95% de las plantas viven asociadas a los hongos. Una buena parte de ellos son vitales para mantener la salud de nuestros bosques; el micelio (parte vegetativa subterránea del hongo formado por las hifas) se extiende bajo el suelo a modo de raicillas e interactúa con el sistema radicular de árboles y arbustos en una relación simbiótica llamada «micorriza», facilitando la absorción de nutrientes y minerales permitiendo que el bosque esté más sano y resista mejor el decaimiento, plagas y otras enfermedades infecciosas. También son responsables de transformar la materia orgánica en inorgánica; si no existiesen no se formaría una buena parte del humus del suelo. Probablemente sin hongos no disfrutaríamos de bosques, al menos tal y como reconocemos hoy los bosques maduros.
A priori, la gestión del territorio pasiego no parece la más idónea para la presencia de una gran diversidad de hongos. Las abundantes praderías en uso intensivo y su abonado periódico (que nitrifica y acidifica aún más el suelo), no favorecería la aparición de setas. Pero los Valles Pasiegos cuentan también con hayedos, cajigales, castañares, algunos pinares, bosques de ribera, pastizal de montaña, turberas, brezales y brañas, sobre suelos silíceos y carbonatados. Y si continuamos río abajo, pinares y dunas costeras albergan interesantes setas y hongos exóticos frente al Abra del Pas y la ría de Cubas.
A partir del año 2017 ofreceremos desde la Red Natura 2000 en Valles Pasiegos rutas temáticas y, en primavera y otoño destinaremos algunas de ellas a conocer hongos y setas. El objetivo de estas salidas de una duración aproximada de unas tres o tres horas y media será identificar las especies, ser testigos de su importancia ecológica, y fotografiarlos en su medio natural. Queremos compartir el importante beneficio que generan en nuestros espacios naturales protegidos y en el medio rural de la comarca. De esta manera vamos a encontrar algunas especies de indudable interés culinario, como por ejemplo el Boletus edulis, estrella indudable de las setas europeas. Igualmente aprenderemos a distinguir de otras lepiotas más pequeñas la más grande seta pasiega: la exquisita galipierna (Macrolepiota procera).
Tenemos setas que al descubrirlas imponen pensamientos cruzados al comparar su forma, como sucede con el falo hediondo (Phallus impudicus) que a pesar de su aspecto inconfundible sólo atrae a moscas y otros dípteros por su cadavérico aroma. Nos cruzamos también con algunas preciadas especies, como la Hygrocybe punicea, de llamativo color encarnado y rara fuera de comarcas abruptas como la de Liébana.
Bajo el silencio de los bosques pasiegos crecen algunas setas de indudable interés. Una de ellas surge de un bulbo blanco hundido en la tierra, del que emerge un pie rectilíneo envuelto por un anillo membranoso coronado por un sombrerillo amarillo pálido que da nombre a la especie, Amanita citrina. Ésta y otras especies de amanitas abundan en el territorio.
Por último no debemos olvidar los mágicos corros de brujas, notorios cuando crecen en prados y pastizales, no tanto cuando se ocultan bajo la hojarasca recién caída. Una de sus protagonistas es bien conocida entre los que frecuentan ambientes seteros; la polémica «pardilla», una seta de cierto interés culinario que suele aparecer en amplios círculos. Debido a ello su nombre específico (Clitocybe nebularia) alude a su forma de fructificar (nebularia, en forma de nube) en dichas agrupaciones o «corros».
Con la llegada de la primavera, si las condiciones lo permiten, los espacios protegidos pasiegos asociados a las cuencas de los ríos Magdalena, Pas, Pisueña y Miera se convertirán en escenarios donde las setas y los hongos serán protagonistas.
Equipo de guías de NATUREA CANTABRIA Red Natura 2000 en Valles Pasiegos.
Agradecimientos: A la Sociedad Micológica Cántabra por sus consejos, apoyo y labor divulgativa.
Fotos: Sociedad Micológica Cántabra y Jorge Garzón.