#Natureaencasa Conoce las aves migradoras del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel
Solo unas pocas de las aves acuáticas que vemos en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel pueden considerarse como sedentarias, realizando toda su actividad vital en él. Como por ejemplo, algunos ánades azulones, fochas y zampullines comunes. El resto, realizan largos viajes entre sus zonas natales y aquellas donde van a pasar el resto del año. Mostramos en esta lámina para colorear algunas de ellas, y haciendo lo que mejor saben: volar.
- Espátula europea: miles de espátulas se alimentan y descansan en las marismas cada otoño cuando realizan su viaje migratorio al sur, que les lleva desde las costas holandesas del mar del Norte, hasta las lagunas costeras de Mauritania, lo que supone 4.400 km en línea recta. Si bien otras bandadas se quedan a pasar el invierno más al norte, recorriendo un menor trayecto. El resto del año siempre hay algún pequeño grupo en nuestras marismas. De un blanco inmaculado, se adornan con plumas anaranjadas en el copete sobre la cabeza, en la base del cuello, y en la garganta. Mientras que las patas y el pico son negros, pero este con una media luna crema en su ensanchada punta.
- Aguja colinegra: es una de las aves limícolas más esbeltas y de mayor tamaño que pasan el invierno aquí, en realidad entre septiembre y mayo. Cuando ha sido posible avistar entre ellas algún ejemplar marcado con anillas, se ha podido comprobar su procedencia, con dos orígenes: el Mar del Norte e Islandia, lo que supone entre 1.400 y 2.600 km en línea recta. Es de tonos pardos y grises, con un aspecto escamoso en sus plumas dorsales, pero con muy marcadas franjas negras y blancas en la cola y las alas.
- Charrán común: en las marismas del río Asón se ve con más frecuencia el Charrán patinegro, que pasa largas temporadas aquí. Mientras que el Charrán común se observa solo en paso migratorio. Lo hemos incluido aquí sin embargo por sus extraordinarios viajes, que le pueden llevar a recorrer decenas de miles de kilómetros entre sus lugares de cría en el norte de Europa y los de invernada en el sur de África. Es un ave pescadora muy esbelta, de un gris muy pálido en el dorso, mientras que el resto es blanco puro, excepto la boina negra sobre la cabeza, y el pico de un rojo vivo. Esta especie es posible observarla durante todo el año en la Bahía de Santander.
- Ánade silbón europeo: es el pato más abundante en las marismas durante el invierno, sumando entre 2.500 y 4.500 ejemplares, número que suele variar según la crudeza del invierno: a más frío más silbones. Procede de zonas más norteñas que otros ánades que nos visitan, desde Islandia, Fenoscandia, mar Báltico y Bielorrusia. Tiene la cabeza roja, pero la frente crema. Las partes dorsales son grises pero salpicadas de numerosas manchas, como las anchas franjas blancas sobre las alas, o las franjas verdes y negras situadas detrás, en sus bordes posteriores. La cola también es blanca, pero con una flecha negra apuntando hacia atrás.
- Barnacla carinegra: se trata de un ganso marino o más bien costero. Su alimentación en nuestra marisma se basa en la hierba marina o zostera, que crece siempre sumergida en los fondos de arena, y que este ganso arranca durante la bajamar. Su número ha aumentado muchísimo en nuestro Parque natural, pasando de unos doce ejemplares hace años, a los 500 actuales. Proceden del norte de Groenlandia y Svalbard, por lo que su viaje supone no menos de 4.200 kilómetros. En su plumaje predomina el negro, pero con franjas pardo-gris, flancos más pálidos, vientre blanco, y una rayita blanca en el cuello.
- Gaviota cabecinegra: se parece a la más común gaviota reidora, pero la cabecinegra es toda blanca por encima al igual que por debajo, y sin negro en las puntas de las alas. El pico es rojo coral y, cuando tiene la cabeza oscura (primavera y verano) es ciertamente negra, no marrón chocolate como en la más pequeña reidora. Los ejemplares cuyas anillas hemos podido leer procedían del valle del Danubio y de la costa francesa. Hace unos treinta años no se veían en nuestro parque natural. Es probable que en el pasado, comenzaran a migrar desde el Danubio a la costa atlántica de Francia, y desde ambos puntos alcanzaran nuestras marismas para pasar casi todo el año, excepto para la cría, que vuelven a sus lugares de origen.
Hemos preparado esta ilustración en blanco y negro para que desde casa, grandes y pequeños podáis entreteneros coloreando las diferentes especies que aparecen. Podéis hacerlo tanto en papel (imprimiendo) como descargando la imagen en vuestro equipo (móvil, tableta u ordenador). Sea como fuere ¡estamos seguros que van a quedar genial!
Equipo de guías del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel.