Los primeros olmos en Cantabria resistentes a la grafiosis

No solo los animales y plantas están amenazados. Los árboles han sufrido milenios de maltrato, de hacha y fuego, el hombre ha cortado y transformado millones de hectáreas de los bosques hispanos. Esto ha traído consigo la rarefacción, menos capacidad de resistencia y el consiguiente peligro de desaparición de los árboles más apreciados por el hombre en el medio rural. Siglos de  presión han erradicado los tejos, arma estratégica desde la prehistoria, los cerezos y frutales para hacer albarcas, muebles; los olmos para dujos; los pinos para vigas…. etc.

Los olmos pertenecen a la familia de las ulmáceas, es una familia pequeña, con 15 géneros y cerca de 150 especies repartidas por las regiones templadas del Hemisferio Norte y regiones tropicales o subtropicales, siendo solo los olmos (Ulmus) autóctonos en Cantabria, con dos especies, pero cultivándose otras y también de géneros Celtis y Zelkova.

Su principal importancia económica radica en la producción de maderas comerciales. Son árboles o arbustos de hoja caduca, con hojas alternas, simples, algo asimétricas, con estípulas que caen prontamente. Las flores son hermafroditas o unisexuales, generalmente regulares, pequeñas, solitarias o agrupadas en ramilletes apretados.. El fruto es seco y alado, es carnoso, en drupa.

Género Ulmus, era el nombre latino clásico (romano) de los olmos y de su madera, se considera de origen indogermánico, derivado de la raíz, el amarillo, rojo anaranjado por el color de la madera nada más cortarla.

Hasta la década de 1980, podían verse por todo el territorio de Campoo y los Valles multitud de olmos comunes (Ulmus minor). Principalmente se distribuían en las corraladas, bordes de las huertas y corolas de los núcleos urbanos. Llegaron a ser muy abundantes y el árbol más representativo de  las aldeas campurrianas. Hoy solo quedan los escuálidos y turbadores restos de los olmos  que rebrotan incansablemente de las raíces, para perecer una y otra vez, al ser atacados una y otra vez por la grafiosis.

En los paisajes de Campoo sobreviven otras especies del género Ulmus. Unos pocos olmos de montaña (Ulmus glabra) se dispersan por sus bosques montanos, localizables tanto en sustratos ácidos como los calcáreos o de pies e cantil. Especie más típica de bosques y setos del sur de Cantabria, en las zonas húmedas se ha reforestado en 2015, unas 400 unidades de olmo negrillo (Ulmus laevis) en Orzales, Quintana y Quintanamanil (Campoo de Yuso). Los ejemplares adultos sufren en gran cantidad la enfermedad de la grafiosis.

Se cultiva como especie exótica otro tipo de olmo, el de Siberia (Ulmus pumila) y el temblón (Ulmus laevis) muy poco frecuente, se encuentra en peligro crítico ocupando lugares húmedos.

Recientemente, en el mes de abril, se han plantado 14 olmos comunes (Ulmus minor), primeros olmos en Cantabria resistentes a la grafiosis en el área recreativa del Centro Ornitológico del Embalse del Ebro, estos olmos proceden del Programa Nacional de mejora y Conservación de los Recursos Genéticos de los olmos ibéricos. Ha sido una planta donada por la Dirección General de Desarrollo Rural y Política Forestal del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

LA GRAFIOSIS, EMFERMEDAD DE LOS OLMOS

La grafiosis es una enfermedad devastadora, de gran virulencia y rapidez de expansión, transmitida con gran efectividad por unos pequeños escarabajos del género Scolytus y muy difícil de controlar por métodos químicos o biológicos.

En realidad la grafiosis es un ciclo formado por cuatro componentes:

  1. El hospedante (Ulmus sp).
  2. El hongo patógeno (Ceratocystis ulmi (Buism.) Moreau).
  3. El vector – transmisor (Scolytus sp.).
  4. Medio ambiente.

Cada uno de los integrantes del ciclo de la enfermedad interviene de forma decisiva en el desarrollo y propagación de ésta. A principios de la primavera, unos pequeños incestos perforadores de los olmos, llamados “escolítidos ”,nacidos en árboles muertos por la grafiosis, salen de sus  galerías llevando en su cuerpo las esporas del hongo que origina la enfermedad y vuelan en busca de troncos o ramas de árboles recién muertos o moribundos en los que reproducirse. El hongo penetra en el árbol y se difunde rápidamente a través de los vasos que transporta la savia, produciendo la muerte por colapso de la planta. El alcance del ataque es tal que, un árbol adulto de 25 metros de altura puede contener como media 4 billones de esporas del hongo causante de la grafiosis.

La muerte  masiva de los olmos comenzó en España en los años 30, después de haber sido arrasados en gran parte de Europa, principalmente en Holanda, donde el olmo abundaba por todo el país. En España, aunque la enfermedad llegó a matar a muchos árboles, otros resistieron llegando a un nuevo equilibrio. La enfermedad se hizo endémica y su presencia la delataban las copas puntisecas de numerosos olmos.

Ciclo de infección de la grafiosis

Ciclo de infección de la grafiosis

A raíz de este problema se forman grupos de trabajo por todo el mundo. En España ante la gravedad de la situación y el riesgo de que pudiera perderse esta especie, la Dirección General de Conservación de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente firma un convenio con la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes y la Dirección General de Conservación de la Naturaleza del Ministerio de Medio Ambiente, con el objetivo de acometer un ambicioso programa de estudio y conservación de los recursos genéticos de los olmos y la obtención de individuos resistentes a la enfermedad.

OLMOS RESISTENTES A LA GRAFIOSIS

Los mecanismos de resistencia de los olmos ante la grafiosis están encaminados a restringir el establecimiento y dispersión del patógeno en el sistema vascular. Esa resistencia se basa en diferentes factores, algunos todavía son desconocidos para la ciencia.

Para la búsqueda de olmos con resistencia genética, en primer lugar se localizan olmos que hayan sobrevivido a las epidemias de grafiosis, especialmente grandes ejemplares. Una vez analizados genéticamente, se propagan mediante técnicas in vitro para obtener clones que son plantados en parcelas experimentales. Allí se evalúa su resistencia a la enfermedad por medio de la inoculación del hongo. Para ello se comprueba el marchitamiento de las hojas transcurrido un tiempo.

De esta manera han conseguido 7 clones de Ulmus minor, resistentes a la grafiosis. Han sido catalogados por la Administración como “material forestal de reproducción cualificado”. Esto permite la propagación y uso de estos clones para fines forestales.

Tras casi 30 años de trabajo y cooperación entre el actual Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente con la ETSI de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid. En enero de 2014 se alcanza un importante hito mediante la inclusión en el Catálogo Nacional de Materiales de Base, de 7  clones de Ulmus minor  resistente a la enfermedad de la grafiosis.

Para ampliar información, consultar:

http://www.magrama.gob.es

http://www.olmosvivos.es

http://www.facebook.com/olmosvivos/

http://www.arbolesibericos.es

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