Los acebales, refugios invernales para la fauna silvestre
Los acebales o acebedas representan un refugio natural necesario para la fauna silvestre durante el invierno. En esta época del año los montes se cubren de blanco, los bosques caducifolios desprovistos de hojas como los hayedos, robledales y abedulares dejan de ofrecer su cobertura vegetal, y es en este momento cuando cobran verdadero protagonismo los acebales, uno de los refugios naturales más importante para los animales silvestres en las montañas.
En el Parque Natural Saja-Besaya y Espacios Naturales Protegidos de la comarca Saja-Nansa estos bosquetes “siempre verdes” formados principalmente por acebos (Ilex aquifolium), y otros arbustos acompañantes como el espino albar (Crataegus monogyna), endrino (Prunus spinosa) y avellano (Corylus avellana) se establecen en zonas elevadas, a partir de 900m de altitud, alternados con las brañas de altura forman el cinturón supra montano en las orlas del hayedo.
El acebo es un arbusto que lo podemos diferenciar de otros por su forma piramidal, alcanza los 10 m. de altura, aunque también puede tener porte arbóreo como es el caso de muchos ejemplares que podemos observar en el parque. Sus hojas son perennes, es decir, durante todo el año tienen hojas en la copa que se van renovando gradualmente. Son hojas coriáceas (duras), de color verde oscuro, y brillantes; el borde puede ser espinoso o liso, porque con la edad y en las partes más elevadas de los árboles adultos estas espinas no se desarrollan.
En alguna ocasión hemos podido observar a los ciervos, como apoyados en sus patas traseras se levantan, y consiguen ramonear las hojas sin espinas de las partes más altas del acebo. En un intento constante de conseguir alimento cuando las condiciones invernales son duras y la supervivencia es difícil.
Al tratarse de un arbusto dioico, es decir, las flores femeninas y masculinas están separadas en distintos individuo, encontrándose los frutos solo en el “acebo hembra”. Los frutos son bayas carnosas de color rojo que maduran desde finales del otoño y durante el invierno, suponen junto con las hojas una fuente de alimento esencial durante los meses más fríos del año para multitud de animales.
Otro de los beneficios que aportan los bosquetes de acebo en las montañas cantábricas es el de ser un excelente regulador térmico, en el interior de un bosquete de acebos la sensación térmica varia, aumentando notablemente la temperatura ambiente con respecto al exterior.
Tradición
Según una tradición muy antigua de los pueblos Celtas, el acebo es un pequeño árbol que posee propiedades mágicas. Se utilizaba para calmar las fiebres y como tranquilizante, por esto se consideraba un árbol sagrado capaz de atraer la buena suerte y la prosperidad.
Siguiendo con la tradición si plantas un acebo en el solsticio de invierno (el día más corto del año), en el jardín de tu casa éste te protegerá del fuego, de los relámpagos y de cualquier mal presagio.
Para conservar la buena suerte el acebo debe seguir con vida todo el año y no hay que aplastar ni recoger sus frutos, ya que para los humanos son tóxicos. Por otro lado, tendrás la suerte de ver a las aves del entorno acudir a tu acebo para alimentarse
Algunas costumbres o tradiciones son negativas para la conservación de las especies y de los bosques: debido a la tradición de cortar un acebo con frutos para decorar los hogares en las fiestas navideñas, el acebo llegó a tener serios problemas de conservación por lo que se tuvo que prohibir su corta para protegerlo en Cantabria. Actualmente no se permite la corta de ninguna especie forestal autóctona sin autorización.
Consejos fáciles para plantar un acebo
Busca un lugar entre sol y sombra para plantarlo.
El suelo ha de estar bien drenado, no tolera los suelos encharcados.
Es necesario hacer un hoyo amplio, su tamaño ha de ser mayor que el cepellón de tierra que contiene la raíz del acebo.
Mezcla con la tierra un poco de abono rico en nitrógeno y así crecerá con más vigor.
Nunca debemos coger un acebo u otra planta del bosque para trasplantar en nuestro jardín. Podemos conseguir el árbol en viveros y no olvides pedir siempre un acebo autóctono (Ilex aquifolium).
Equipo de Guías del Parque Natural Saja-Besaya
Red Natura2000 comarca Saja-Nansa.