Época de Berrea
Como cada año en estas fechas comienza el celo del ciervo, las primeras lluvias del otoño nos traen los primeros ecos de los bramidos del Cervus elaphus hispanicus. No es un animal territorial pero durante el celo, los machos defienden sus territorios, sus picaderos… año tras año.
La berrea toma su nombre del bramido que emiten los machos, cuya frecuencia y duración indican su fuerza y capacidad de lucha. Esto atrae a las hembras, estimula su estro y a veces, cuando las diferencias entre bramidos rivales son muy evidentes, les evita combates.
En esta entrada de blog queremos haceros partícipes de lo que ocurre cuando el combate sí se produce. Es entonces cuando las cuernas toman el papel protagonista. En las salidas para escuchar la berrea, con suerte puedes traerte en la memoria el sonido del entrechocar de las cuernas, un ruido seco que de algún modo conmueve a quien lo presencia, máxime si tiene lugar al tiempo que se observa a los dos rivales a través del teleobjetivo o los prismáticos.
Hablamos de cuernas puesto que el ciervo, con toda su magnificencia, no puede presumir de cuernos; no cumple las dos premisas indispensables que son: Permanecer y crecer con el animal toda su vida y estar presentes tanto en los individuos macho como en las hembras
Así pues, el ciervo tiene cuernas o astas. Y no cuernos.
Un dicho muy extendido es el de llamar a los cuernos del toro “las astas del toro”. Permitidnos que lo cite aquí, sirva sólo de ejemplo de lo que no es. Porque el toro si tiene cuernos verdaderos, al igual que la vaca.
El hueso del cuerno verdadero está irrigado y enervado por dentro y externamente rodeado por una funda quitinosa que crece durante toda la vida. La pérdida de un cuerno es verdaderamente dolorosa para un animal. Ejemplos son la vaca, el rebeco o la cabra.
En cambio, la cuerna es también hueso, pero sólo tiene irrigación venosa en la parte externa y sólo mientras está creciendo. Por encima del hueso posee un recubrimiento fino que transporta los nutrientes necesarios para su formación. Cuando finaliza su crecimiento, el recubrimiento se seca y sólo se mantiene irrigación por capilares en la parte basal de la cuerna, conocida como roseta, que es la responsable de mantener la humedad y fortaleza necesaria del asta durante la época de celo. Finalizada la época de celo la cuerna o asta se desprende sin que el animal sufra. Ejemplos son el propio ciervo, el corzo o el gamo.
Os animamos a que compartáis vuestras experiencias durante la observación de la berrea, fotos y comentarios acerca de este tema.
Si te apetece acompañarnos para descubrir este impresionante fenómeno natural en este post te explicamos todos los detalles