#Natureaencasa El raro caso del Eider “santoñés”
Es bien sabido que durante el invierno las marismas de Cantabria se llenan de aves procedentes del norte de Europa. Allí arriba, con los primeros fríos, las aguas comienzan a helarse, los campos se cubren por la nieve y las aves ven como su alimento se torna inaccesible, por lo que deciden migrar hacia el sur en su búsqueda.
Las aves más norteñas arriban al Parque Natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel durante los meses de octubre y noviembre. Algunas de las especies más destacables, por escasas y apreciadas, son el Negrón común (Melanitta nigra), la Serreta mediana (Mergus serrator), el Colimbo grande (Gavia immer), el Colimbo chico (Gavia stellata) o el Eider (Somateria mollissima).
Con el final del invierno nos abandonan para volver a casa y criar a sus polluelos. Este frenesí de ida y vuelta se repite año tras año, y en estos días, en que nosotros estamos confinados por el coronavirus, todas estas aves regresan a sus cuarteles de cría del norte de Europa. Bueno, todas no, hay un macho de Eider que decidió quedarse en Santoña hace 4 años, desoyendo la llamada de la migración, y convirtiéndose en un empadronado más de la marisma.
Es un caso raro, llegó en el invierno de 2017 cuando apenas contaba unos meses desde que salió del cascarón. Esta primavera celebraremos su quinto cumpleaños y durante estos últimos 4 años mucha ha sido la expectación sobre si se irá, o se quedará una vez más. El invierno pasado se juntó con un grupo de hembras y creímos que se iría con ellas, pero sorprendentemente se quedó.
Muchas han sido las especulaciones del por qué de su comportamiento. ¿Estará enfermo?, ¿No podrá volar?, ¿Estará cojo?…Lo cierto es que nada de eso parece, vuela perfectamente, su aspecto es inmejorable y se pega unos paseos por el fango de categoría. Suponemos que no hay que buscarle explicación.
Para los que no lo conozcan, el Eider (Somateria mollissima) es un pato marino que cría en las costas del mar del Norte, del mar Báltico, Groenlandia…Tiene una población europea de alrededor de 2 millones de ejemplares. Se alimenta de moluscos y crustáceos que captura buceando. Para reproducirse crea unos nidos en el suelo compuesto de hierbas y plumón que se arranca de su propio cuerpo. En los nidos se ponen entre 4 y 6 huevos que se incuban durante 28 días.
Como curiosidad, una vez que las aves abandonan el nido tras la cría, las gentes de los pueblos nórdicos recogen el plumón de los nidos para lavarlo e introducirlo dentro de fundas para fabricarse los edredones de la cama.
Si venís por Santoña, cuando pase el estado de alarma, lo podréis ver fácilmente en el entorno del observatorio de La Arenilla comiendo mulatas, o tomando el sol sobre la arena en frente de nuestro Centro de Interpretación. Si tenéis cualquier duda no dejéis de hacernos una visita cuando todo esto pase. Estaremos encantados de recibiros.
Equipo de guías del Centro de Interpretación del Parque Natural Marismas de Santoña, Victoria y Joyel