El alcaudón dorsirrojo: una memoria imborrable
Entrada la primavera llega al Alto Asón un viajero incansable, el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), un pequeño pájaro de pico ganchudo y antifaz en la cabeza, que detrás de su aspecto ligero y delicado esconde una pequeña rapaz. Desde su posadero es capaz de depredar todo tipo de pequeñas víctimas, sobre todo grandes insectos, principalmente escarabajos, pequeños reptiles, micromamíferos, e incluso puede cazar pájaros de su mismo tamaño.
Además, como el resto de los alcaudones, tiene fama de cierta crueldad, ya que algunos individuos, por lo general machos, insertan a sus presas en las ramas pinchudas tanto de espinos como de endrinos, utilizándolas a la vez como despensa y sala de despiece de sus presas.
Pero es el largo viaje que realizan los alcaudones dorsirrojos, el comportamiento que más sorprende de esta especie, ya que curiosamente toda la población paleártica realiza su migración hacia el continente africano por la vía oriental. Incluso los dorsirrojos ibéricos van y vienen atravesando el norte de las penínsulas mediterráneas y el Oriente Próximo, para penetrar en África por la depresión del Rift.
La explicación a esta rara actitud es que se trata de una herencia de la época de las glaciaciones, ya que la especie se refugió durante estos periodos fríos en el Mediterráneo oriental, desde donde lógicamente, la ruta más corta para llegar a África era cruzando el mar Rojo.
Posteriormente fue colonizando el occidente europeo hasta llegar a la península Ibérica, conservando grabado genéticamente que el camino hacia sus cuarteles de invernada pasa por el Oriente Próximo. Por tanto, los dorsirrojos ibéricos, en lugar de volar 800 km para penetrar en África, dan un rodeo de unos 4.700 Km para llegar al umbral del continente, siguiendo la ancestral ruta migratoria que ha quedado grabada en una memoria imborrable.
Hasta el mes de octubre que retornan al continente africano, los solemos observar en nuestras actividades de identificación de aves, casi siempre posados en árboles dispersos dentro de un mosaico de prados y matorral atlántico.
Equipo de guías del Centro de Interpretación del Parque Natural Collados del Asón