El recorrido transcurre por la falda norte de la Sierra de Híjar, en las estribaciones más orientales y continentalizadas de la Cordillera Cantábrica en nuestra región. Esto le confiere una considerable importancia ambiental como límite de distribución de diversas especies de avifauna de carácter atlántico, como la perdiz pardilla (Perdix perdix), de ahí que forme parte de la Red Natura 2000 bajo la figura de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Sierra de Híjar.

No sólo es singular su avifauna sino que estamos en las zonas más orientales de la población del oso pardo (Ursus arctos), quedando englobada toda este área en su Plan de Recuperación. También hay una importante representación de bosques caducifolios compuestos principalmente de robles y hayas y unas extensas formaciones de brezales y pastos que constituyen un mosaico de enorme valor ecológico integrado en la Zona de Especial Conservación (ZEC) Valles altos del Nansa y Saja y Alto Campoo.

Partiendo del pueblo de Mazandrero iremos ascendiendo entre pastizales y escobales por encima del Arroyo La Muñía, cubierto por un extenso bosque caducifolio. En la subida recorreremos alguno de los tramos del Camino de la Guerra, abierto para suministrar al frente norte durante la última guerra civil española, hasta conectar con la pista que nos lleva hasta los relieves glaciares cuaternarios de la Cuenca Bucer y la Cuenca Vitor, donde es frecuente la presencia de los rebecos.

Estas cuencas y su perfil en U, paredes verticales y fondo plano, nos recuerdan que en estas cabeceras con orientación norte se acumuló el hielo durante el último Máximo Glaciar, datado entre hace 70.000 y 18.000 años. Se trata de glaciares de montaña, de tipo alpino, definidos por la presencia de una zona de acumulación, el denominado circo glaciar, y una lengua que transportaba los materiales erosionados y los depositaba en su frente, donde se producía la ablación que comprende el deshielo, fusión y evaporación pasando el hielo de estado sólido a líquido.

La bajada la realizaremos tomando un sendero que discurre por una loma entre escobales dejando a un lado el arroyo Parralozas y al otro el río Izarilla, hasta conectar con una pista que finalmente bordeando el Monte Sobardal nos devolverá al punto de partida.

Galería fotográfica

Financiación y ejecución

 

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