Duración: 3 horas
Desnivel acumulado: 90 m
Distancia: 5 Km
Tipo de recorrido: circular
Tipo de firme: Pista forestal, sendero
Dificultad: Baja
Este itinerario nos invita a conocer la Zona de Especial Conservación (Z. E. C.) Río y Embalse del Ebro, un lugar emblemático en el Sur de Cantabria, de obligada visita. Todo el río Ebro, en su tramo cántabro, conforma un espacio protegido singular, gracias al cual contamos con taxones como la bermejuela y la madrilla, peces que habitan la cuenca mediterránea. El río cuenta con la habitual presencia de la nutria, y en alguno de sus puntos se ha citado al escaso desmán de los Pirineos y al casi extinto cangrejo de río autóctono. Entre los variados hábitats que presenta esta Z. E. C., cabe resaltar los ligados al propio cauce del río y su bosque de ribera (ríos con vegetación leñosa, bosques galería de sauces y chopos), así como los referentes a los brezales y matorrales de zonas templadas, a los roquedos, hayedos y robledales de la cabecera. Algunos de estos ecosistemas son de interés prioritario.
El itinerario comienza en el aparcamiento del nacimiento del río Ebro, buscando los pastizales del monte comunal de Fontibre, a través del antiguo camino que comunica este pueblo con el vecino Villacantid. Es en este punto donde se obtiene una de las mejores panorámicas del valle de Campoo: las vegas y terrazas del Híjar ocupan el fondo de valle, y a medida que se alza la vista se divisan las Sierras de Híjar y del Cordel, así como su confluencia en el Collado de la Fuente del Chivo. Continúa nuestro itinerario rodeando La Guariza, una pequeña elevación de naturaleza caliza, que flanquea el nacimiento del río por el sur. La parte norte del monte nos sorprende con un pequeño hayedo, aprovechado de forma tradicional por los habitantes de Fontibre.
Ya en el nacimiento del río, el itinerario llega al lugar en el que se ubican las cuatro fuentes de las que mana el agua. Procede del sistema kárstico subterráneo que se alimenta con las aguas aportadas por el propio Híjar, cerca de la localidad de Paracuelles. El ensayo de coloración llevado a cabo por el Instituto Geológico y Minero de España en 1987 en el río Híjar, despejó todas las dudas acerca del origen del caudal. El bosquete de fresnos del entorno es fruto del acondicionamiento y restauración que acometió en el arquitecto Ángel Hernández Morales, entre los años 50 y 60. Hoy en día esta mancha forestal rodea el propio nacimiento del río y hace mucho más agradable la visita. Pájaros carpinteros como el picapinos o el pito real, y pequeñas aves insectívoras forestales, son aquí fáciles de detectar, además de las especies ligadas al agua: lavanderas, ánades, gallinetas y el llamativo mirlo acuático.