El núcleo rural de Llano fue uno de los más afectados por la construcción del Embalse, quedando dividido en dos y perdiendo varios inmuebles con la inundación de 1947. Las aguas embalsadas aprovecharon la pequeña depresión que formaba el antiguo cauce del río Ballurbio, y han creado lo que hoy conocemos como la “cola de Llano”,una de las mejores zonas para la cría de aves acuáticas, por su poca profundidad y vegetación.
El robledal se compone en su mayor parte de robles rebollos, con numerosos ejemplares de acebo y a medida que nos adentramos en él, vamos encontrando charcas, producidas por la fluctuación de los niveles del embalse, muy valiosas por su población de anfibios. El itinerario finaliza con una panorámica sobre el espacio protegido del embalse y su entorno, declarados Zona de Especial Conservación y Zona de Especial Protección para Aves (Red Natura 2000). Es recomendable la visita a la iglesia del pueblo, donde se ubica un tejo centenario, inventariado en el Catálogo de Árboles Singulares de Cantabria.
Datos de interés: Parte de la ruta tiene aprovechamiento cinegético, por lo que puede haber cacerías los fines de semana entre septiembre y febrero.