#Natureaencasa – La ganadería como parte del paisaje del Parque Natural Collados del Asón 

#Natureaencasa – La ganadería como parte del paisaje del Parque Natural Collados del Asón

Hablar del Parque Natural Collados del Asón es hablar de ganadería, no en vano, esta actividad ha sido y sigue siendo el motor socioeconómico de la comarca, estando el municipio de Soba en los primeros puestos tanto en producción lechera como en cabezas de ganado en Cantabria.
La ganadería tradicional en extensivo ha sido el sustento económico de los pueblos de Cantabria durante siglos, y aunque durante las últimas décadas se han producido cambios importantes en esta actividad, las gentes de Soba han sabido adaptarse y manejar los recursos naturales y el territorio para mantenerla como eje principal de la evolución social de su comunidad.

Pero la ganadería no sólo es una forma de vida, sino que también forma parte de los paisajes. Tanto es así, que la belleza natural que caracteriza al Parque Natural Collados del Asón está ligada íntimamente a los usos tradicionales, los cuales han contribuido a modelar parte del paisaje que encontramos en la actualidad.

La ganadería no sólo es una forma de vida, sino que también forma parte de los paisajes y la belleza del Parque Natural Collados del Asón está ligada íntimamente a los usos tradicionales

Este modelado de la naturaleza ha producido una variedad de ecosistemas agrarios, algunos de ellos muy apreciados hoy en día por su biodiversidad y riqueza natural, y que se encuentran protegidos mediante la Directiva Hábitat. Esta ley europea considera a tres de estos hábitats como de interés comunitario, los prados secos seminaturales y facies de matorral sobre sustratos calcáreos (Festuco-Brometalia), los prados pobres de siega de baja altitud (Alopecurus pratensis, Sanguisorba officinalis), y las formaciones herbosas con Nardus stricta, sobre sustratos silíceos de zonas montañosas, estos últimos además, considerados prioritarios por dicha Directiva.

El ganado que aprovecha los pastos del parque natural, en su mayoría ganado vacuno con predominancia de la vaca asturiana de la montaña o también conocida como casina, mediante perturbaciones como el pisoteo y el ramoneo, y modificando los recursos del suelo con un aporte de nitratos debido al abonado, favorece la diversificación de las composiciones florísticas de estos hábitats protegidos.

Además, el aprovechamiento de pastos que se realiza en el Alto Asón, basado en el movimiento estacional del ganado entre los pueblos y los puertos de montaña, conocido como la muda, contribuye con sus desplazamientos a transportar fertilidad y semillas, lo que va a favorecer la distribución de ciertas plantas. Esto además, también es beneficioso para el desarrollo de muchos insectos que serán alimento básico para ciertas aves de montaña en su época reproductora.

Pero cuando la carga ganadera es excesiva sobre estos hábitats, genera situaciones de sobrepastoreo provocando una degradación y pérdida de suelo debido a un aumento del pisoteo. Al pisar estos animales de una manera continuada un trozo de terreno, lo que hacen es compactarlo e impermeabilizarlo, lo que junto con una mayor concentración de nitratos procedentes del estiércol generado por este aumento de ganado, implica un cambio importante en las condiciones de estos suelos.

Este factor, va a provocar un desplazamiento de una variedad de especies vegetales que se desarrollan en estos hábitats, y una intromisión de especies vegetales nitrófilas, como por ejemplo las lecherinas (Euphorbia sp.), que se adaptan mejor a estas nuevas circunstancias y que provocan una dominancia, y por tanto, una homogeneización en la composición florística.

Por el contrario, la ausencia de herbívoros que aprovechen los pastos hace que estos envejezcan perdiendo su valor nutritivo y provoque un aumento de la matorralización, apareciendo tojos (Ulex galli) en los suelos más ácidos y genistas (Genista hispanica occidentalis) en los suelos más básicos, produciendo una pérdida de biodiversidad, un incremento de combustible susceptible de arder en un incendio, y una disminución de hábitat favorable para especies tan escasas en el parque natural como el aguilucho pálido (Circus cyaneus).

Es por todo ello, que para aumentar los niveles de biodiversidad en estos hábitats, hay que realizar desbroces selectivos en zonas de matorral denso, y mantenerlos mediante la práctica del pastoreo, buscando un equilibrio de la carga ganadera teniendo en cuenta la superficie de terreno, el número de animales y el tiempo de permanencia.

Consiguiendo este equilibrio, tanto vacas como yeguas como cabras que nos encontramos en nuestras rutas guiadas pastando en el Parque Natural Collados del Asón, constituyen una herramienta fundamental para la conservación de las formaciones herbosas seminaturales protegidas por la Red Natura 2000, y de los pintorescos paisajes que ellas constituyen.

Equipo de guías del Parque Natural Collados del Asón