Argiope, un “tigre” en nuestras rutas
La argiope es una de las especies habituales en nuestras rutas de Oyambre y una de las arañas más vistosas de nuestra geografía. La araña tigre Argiope bruennichi, nos deleita con una tela de araña perfectamente geométrica, tan sólo rota en ocasiones por el efecto de la caída de las presas.
A pesar de su mala fama la mayoría de las arañas no son peligrosas y la araña tigre, pese a sus llamativos colores y apariencia feroz es bastante inofensiva, al menos para nosotros.
Acechante en su tela circular y con un característico zigzag que hace fácil su identificación aun cuando la araña no está presente, la Argiope es un depredador nato. Colocada en el centro de la tela espera paciente a su presa, el tiempo que haga falta, sigilosa, cauta, inmóvil… Y cuando una presa cae, la inmoviliza con un veneno paralizante para envolverla rápidamente en un fino paquete de seda de inmediata producción, después la dejará almacenada para cuando el hambre apriete.
La reproducción no es fácil para el macho. De tamaño mucho más pequeño que la hembra tiene que ser cuidadoso para no ser confundido con una presa. Paciente, espera el momento adecuado en el que la hembra realiza su última muda y resulta menos peligrosa, después de una danza nupcial y si es aceptado, introduce su esperma en ella.
Con una sola inseminación la hembra puede poner varias puestas, y en aproximadamente un mes pone varios cientos de huevos que protege con un capullo de seda oculto entre la vegetación. La eclosión se produce la siguiente primavera y tras la primera muda los juveniles son abandonados a su suerte, muy pocos sobrevivirán, pero los que lo hagan llenarán de geometría y vivos colores nuestros campos.
Fotos: Noemí Campo