Las turberas del Embalse del Ebro
Tremedales, trampales, lamizas, lagunas, lamberizas… hay varias palabras que se refieren a uno de los ecosistemas más escasos de la Península; las turberas. La Directiva Hábitats establece varios tipos de turberas en función de su nivel de encharcamiento, de la formación y acumulación de turba. Pero, ¿qué es una turbera?
Los enclaves turbosos pueden presentar una gran variabilidad (prados húmedos, áreas pantanosas, turberas ácidas, etc.), pero por lo general comparten varias características: suelos impermeables que faciliten un encharcamiento casi permanente, fondos de valle o laderas con poca inclinación, humedad ambiental, y precipitaciones frecuentes. En estas condiciones la materia orgánica no se descompone de la forma habitual, y en su lugar va generando una capa de turba, que aumenta su espesor año tras año. Es característica la formación de abombamientos o “macollas”.
La mayoría de turberas se forman después de la retirada de los hielos de la última glaciación (hace unos 12 000 años), y suelen tener tener un espesor de entre 50 cm y de 5 a 10 m. En ellas crecen diversas especies vegetales, ligadas a la alta humedad edáfica, normalmente de porte herbáceo o arbustivo, especializadas en colonizar estos medios. Hoy os presentamos dos de ellas:
Musgo de esfagno (Sphagnum sp.). Ocupa la mayor parte del hábitat, también las zonas de mayor encharcamiento. Forma un tapiz almohadillado sobre el suelo.Trébol de agua (Menyanthes trifoliata). Poco que ver con el trébol común, se adapta bien tanto en aguas corrientes de pequeños arroyos como en las propias turberas.
Drosera (Drosera rotundifolia). También llamada atrapamoscas o rocío del sol.Suele desarrollarse fuera del agua, en el borde, muchas veces sobre los esfagnos; es una especie carnívora, o para ser más exactos, insectívora, lo que le ayuda a obtener principalmente nitrógeno, inexistente en estos medios.
Las turberas son ecosistemas habituales en el entorno del Embalse del Ebro, y algunos tipos están catalogados como hábitats de interés prioritario. Sus depósitos suponen importantes archivos de climas pasados, y son importantes refugios para invertebrados y anfibios.
Equipo de guías del Centro Ortnitológico del Embalse de Ebro