El modelado glaciar, la dinámica y ecología fluvial de un tramo de cabecera cantábrico, junto a la etnografía y las técnicas de manejo pastoril de un espacio de ocupación pasiega, son los valores esenciales que podrá descubrir el visitante en este recorrido. El alto valle del Miera configura un espacio realmente singular en el contexto pasiego, fundamentalmente en lo que atañe a la construcción física del paisaje, con una activa geomorfología kárstica sobre las calizas masivas de este sector y con un llamativo modelado glaciar en altitudes razonablemente modestas.

El dibujo cultural que imprime en el paisaje la cultura pasiega de manejo ganadero será otro de los aspectos que merecerá la atención del caminante. Y finalmente destacar los hábitats y especies, en el marco de la Zona Especial de Conservación (ZEC) Montaña Oriental, donde veremos riberas fluviales, pastizales calcáreos, brezales, matorrales y turberas.

En la ruta también destaca la presencia de elementos patrimoniales relacionados con el transporte maderero por el Miera para surtir de materia prima a los hornos de la Real Fábrica de Cañones de La Cavada. A finales del S. XVIII se proyectó una obra faraónica en la cuenca alta del Miera para el transporte de los troncos, de la que hoy en día se conservan diferentes restos: el retén de La Concha, las canalizaciones, el resbaladero y la casa de La Pila, en un prado al pie del resbaladero, también conocida como “Casa del Rey” por poseer en la portalada un escudo heráldico de Carlos III y cuya función era servir de almacén de maderas y lugar de servicio para quienes trabajaban en el resbaladero. La intensa deforestación durante estos años es la causante de la escasa presencia de arbolado en las partes altas del valle del Miera.

Galería fotográfica

Financiación y ejecución

 

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