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Duración: 3:30 horas
Dificultad: Baja
Desnivel acumulado: 100 m
Distancia horizontal: 8 km
Tipo de recorrido: Circular
Tipo de firme: Senderos, pista
Pese a su reducida extensión y su modesta apariencia, el río Camesa representa una notable singularidad ecológica en el contexto atlántico en que se inscribe, en tanto es el único río de Cantabria que vierte a la cuenca del Duero, como tributario del Pisuerga. El Camesa nace en la vertiente meridional de la Sierra de Híjar, entre los escobales y brezales de la cuenca palentina de Peña Rubia. En cabecera se distingue por el extraordinario grado de conservación del entorno ribereño y por la elevada naturalidad de sus aguas, lo que conlleva la presencia de mamíferos como la nutria o de peces como la bermejuela o la boga de río, taxones de la Región Atlántica
incluidos en el Anejo II de la Directiva Hábitats, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y la flora silvestres. En la región, además, son exclusivos del Camesa el barbo común, el bordillo y la boga del Duero. Robledales y brezales son los ecosistemas con mayor cobertura en su entorno. La formación ribereña, de gran atractivo paisajístico, aparece compuesta básicamente por sauces y chopos. Las saucedas varían en su composición a lo largo del curso del río: cuando este muestra un carácter más torrencial, en la cabecera, es dominante la presencia de Salix atrocinerea, mientras Salix eleagnos es más frecuente en los tramos bajos,
donde el régimen fluvial es más estable y regular. Destacan entre las singularidades ecológicas del río y su entorno la pequeña población de nenúfar amarillo de Mataporquera, única en Cantabria, y la presencia invernal de grandes grupos de milanos reales.