Duración: 4:30 horas
Desnivel: 350 m.
Distancia: 10 Km
Tipo de recorrido: Circular
Tipo de firme: Sendero
Dificultad: Media
La ruta parte en el pueblo de Ramales de la Victoria, un poco más arriba del cuartel de la Guardia Civil tomaremos un desvío hacia la izquierda. Entraremos en una calle asfaltada que poco a poco se va transformando en un camino ancho. Estaremos por tanto en uno de los tramos mejor conservados del antiguo Camino Real Laredo-Burgos, ruta que siguió el emperador Carlos V en 1556, lo que supuso el último viaje de su vida, que le llevó a su retiro en el monasterio de Yuste. Por dicho camino iremos cogiendo altura, entre paredes de roca caliza y con arbolado a ambos lados, dominado por la presencia de labiérnago (Philyirea latifolia) y aladierno (Rhamnus alaternus), hasta encontrar un sendero a la mano izquierda que nos conducirá hacia el Valle del Silencio. Siguiendo el sendero, en un primer momento con algún paso dificultoso entre roca caliza, irán apareciendo con más frecuencia las encinas (Quercus ilex subs.ilex) hasta vernos inmersos en un auténtico encinar cantábrico, dónde también aparecen otras especies propias de paisaje mediterráneo como el madroño (arbutus unedo) o el laurel (laurus nobilis). Entre encinas y caliza llegamos por fin al Valle del Silencio, un valle en la falda de la Peña El Moro (821 m), sitio en el cual disfrutaremos del “silencio de la naturaleza” y desde dónde tendremos una fabulosa vista del Pico San Vicente (947 m), la Peña de Busta (723 m.) y distintos pueblos del Valle de Soba.
Regresamos hacia Ramales de la Victoria por un antiguo callejo utilizado para “mudar” el ganado, pasando entre prados y cabañas apreciaremos la intensa actividad ganadera de la zona. El camino nos conducirá hasta el Bº La Pared, dónde tomamos un sendero a la vereda del Río Calera, percibiendo la presencia de sauces (Salix sp.), avellanos (Corylus avellana) y fresnos (Fraxinus excelsior), típicos de la vegetación de ribera. Siguiendo el cauce del río llegamos a un inmenso farallón rocoso, la conocida Pared del Eco, que acoge la boca de Cuevamur y una de las mejores escuelas de escalada de Cantabria, un auténtico deleite para escaladores. Una vez pasada la Pared del Eco volveremos al Camino Real del inicio de la ruta, pasando por debajo de cuevas que albergan vestigios prehistóricos, como La Haza, El Mirón o Covalanas, cueva referente de la comarca, de arte paleolítico y Patrimonio de la Humanidad desde el 1 de Julio de 2008. Este camino nos llevará al punto de partida de la ruta.
En esta ruta es necesario ayudarse con las manos en dos pequeños tramos durante el recorrido.