Duración: 5:00/5:30 horas en función del grupo
Desnivel: 110 m
Distancia: 11.24 Km
Tipo de recorrido: circular
Tipo de firme: Sendero
Dificultad: Media. El barro y la lluvia en días previos puede incrementar la dificultad de esta ruta.
La ruta discurre por el entorno de Cades y el ZEC del río Nansa, desviándose hacia Otero y Cabanzón para regresar por el último tramo habilitado de la Senda Fluvial del Nansa.
Praderías de siega y pequeños huertos se ven acompañados en la época primaveral de aleluyas (Oxalis acetosella), potentillas (Potentilla erecta), primaveras (Primula veris y Primula vulgaris), gordolobos (Verbascum thapsus) . En los bordes del camino son habituales los majuelos (Crataegus monogyna), rosales silvestres (Rosa canina) y abundantes sauces (Salix alba).
Referencia del lugar como centro de dominio territorial y de poder, se encuentra la Torre de Cabanzón, datada del siglo XV. Perteneció al señorío de Rábago formando parte de un conjunto de fortificaciones en el camino del Nansa, fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1992. La Encinona de Cabanzón, incluida en el Catálogo de Árboles Singulares de Cantabria, se encuentra ubicada en el mismo casco urbano del pueblo, de más de 10 metros de altura y 4 metros de perímetro en su base, es posiblemente uno de los ejemplares más antiguos del occidente de Cantabria. Aún perduran grandes plantaciones de eucalipto en la Sierra de la Collada y bosques de Castanea Sativa.
La Senda Fluvial del Nansa está menos intervenida en este tramo, las infraestructuras son mínimas dando a esta sección de la ruta un aspecto de naturaleza más pura. Avellanos (Coryla avellana), salgueros (Salix alba), sauces (Salix atrocinerea), alisos (Alnus glutinosa), fresnos (Fraxinus excelsior) muestran el efecto amortiguador del bosque de ribera en un tramo sometido a frecuentes inundaciones. Las especies invasoras son patentes en este tramo del río cobrando a veces excesivo protagonismo, la vara de San José (Crocosmia crocosmiflora) tapiza amplios tramos de la ribera, igual que lo hace la hierba del asno (Oenothera biennis).
Las ferrerías y herrerías tuvieron mucho auge a partir del siglo XII en la zona, de ahí el nombre del municipio. Hoy en día se puede visitar la ferrería de Cades (Siglo XVIII), única en Cantabria y una de las pocas de España y el antiguo molino en una completa visita guiada cuyas infraestructuras fueron rehabilitadas en 2007.
Nota: Esta ruta tiene un tramo inundable, puede ser cambiada sin previo aviso en caso de crecida del río Nansa.