Duración: 6 horas
Desnivel: 525 m
Distancia: 11 Km
Tipo de recorrido: circular
Tipo de firme: Sendero y pista forestal
Dificultad: Alta
Aforo de la actividad sujeto a posibles restricciones por el COVID-19. Con la actualización semanal del semáforo COVID-19 del Gobierno de Cantabria es posible que esta actividad vea su aforo reducido por posible un aumento de la incidencia del virus en el municipio en el que se desarrolla. En ese caso tendremos que dar de baja a las últimas personas inscritas.
Rucabao y Aguasal son dos de las recogidas cuencas que drenan el macizo de Valnera para alimentar las aguas del arroyo de Pandillo, cedente del Pas aguas abajo de la Vega a la que da nombre, donde confluye esta arteria de Pandillo con las de Yera y Aján, antes de recoger aún, rumbo siempre al Oeste, los caudales de Viaña, Troja y Aldano, que conforman la articulación hidrográfica del alto Pas.
El recorrido circular entre ambas cuencas permite reconocer valores esenciales del mundo pasiego en uno de los escenarios paisajísticos más emblemáticos de la montaña oriental de Cantabria, la enérgica fachada occidental de Valnera. Entre los rasgos culturales del espacio pasiego llaman la atención aquellos que son propios de la construcción del paisaje humano, tanto en lo que atañe a las grandes líneas de configuración de las laderas en mosaico, como en lo que se refiere al detalle del patrimonio construido representado en bodegos, cabañas, cubillos y cierres en bargareto.
Entre los valores ambientales, y en el marco de la red natura 2000 (LIC Montaña Oriental y LIC Río Pas) destacan los hábitats de hayedo en las orientaciones septentrionales de ambos valles, los brezales y matorrales de landa atlántica y evidentemente los ecosistemas de las riberas. Entre las especies más destacadas es preciso citar la presencia de mamíferos como el desmán ibérico y el gato montés o la más frecuente del corzo, la marta, la gineta o el armiño. El mirlo acuático y la garza real son las aves destacadas de los sotos ribereños, mientras en el bosque no será difícil escuchar el tamborileo del pico picapinos; en el mosaico entre fincas aparecen los pequeños paseriformes característicos de la montaña cantábrica: el herrerillo capuchino, el chochín o el carbonero. También será factible apreciar el discreto deambular del trepador azul sobre el tronco de las grandes hayas. Finalmente otro grupo de aves, las rapaces, cuentan con la representación del buitre leonado, el halcón peregrino o el milano negro. Entre los anfibios no es infrecuente localizar a la rana bermeja, el tritón palmeado o la salamandra.
El “río del paso”, que así debieron llamarlo en siglos precedentes quienes desde las merindades castellanas pretendían el complejo acceso al Norte de la divisoria entre estas imbricadas cabeceras, ofrece en cada estación del año matices de paisaje diferentes, ligados a la siempre evidente presencia del hombre en estas montañas, que fueron parte esencial de su sustento y de la configuración de su particular identidad cultural.
Desde el lugar de punto de encuentro al inicio de ruta es preciso hacer un breve trayecto en vehículo. Recomendamos compartir coche dado la escasez de aparcamiento en el inicio de ruta.