Duración: 7:30 horas
Desnivel acumulado: 1320 m
Distancia: 19 Km
Tipo de recorrido: Circular
Tipo de firme: sendero
Dificultad: Alta
Incluida íntegramente dentro de la ZEC Montaña Oriental, gran parte de esta ruta transcurre por el macizo calcáreo de Porracolina, uno de los más emblemáticos de la montaña oriental cántabra, y que constituye el límite noroeste del Parque Natural Collados del Asón.
La ruta comienza en el pueblo de Asón, a partir del cual cogeremos la carretera que va hacia los Collados del Asón, para luego tomar un desvío a la derecha que nos acerca al barranco de Rolacías. Una vez comenzado el ascenso, caminaremos sobre rocas de canto rodado, ya que el cauce generalmente está seco, hasta llegar a un estrecho sendero que nos adentra en un hayedo atlántico (Fagus sylvatica) muy particular, ya que en su primera parte, está salpicado por árboles más propios de bosque de ribera, los alisos (Alnus glutinosa).
Al salir de este bosque, atravesaremos una finca ganadera que da lugar a una zona de matorral atlántico, donde comenzaremos a ganar altura rápidamente, y un sendero serpenteante nos conducirá primero hasta el Helguerón, y después hasta Sotombo, ambos antiguos cabañales con clara influencia pasiega.
Continuando el ascenso, llegaremos al Alto de La Mina, desde donde cruzaremos una zona de turberas ácidas de esfagnos, en la que aparte de estos musgos podremos encontrar especies vegetales como la grasilla (Pinguicola grandiflora), la Primula farinosa o la Gentiana pneumonante, y especies animales como la rana bermeja (Rana temporaria) o la lagartija de turbera (Zootoca vivipara). Al finalizar esta zona húmeda, realizaremos la última ascensión, la cual nos llevará a coronar la cima de Porracolina, con una altitud de 1414 metros.
El regreso se realiza por otro sendero diferente al de subida, desviándonos hacia el Alto de Pipiones, por la cara norte del macizo de Porracolina. En este vertiginoso descenso por laderas con una elevada pendiente, como la Len de las Ormias, se mezclan varios tipos de hábitats, por un lado el matorral atlántico, en el que destacan los brezales secos europeos con especies de brezo como la Erica cinerea o la Calluna vulgaris, o de tojo (Ulex gallii). Y por otro lado, los pastizales de montaña salpicados de multitud de afloramientos rocosos de caliza, donde el rebeco cantábrico (Rupicapra pyrenaica parva) encuentra su hábitat natural.
Al terminar la abrupta bajada, llegaremos al cabañal de los Machucos, donde por un pequeño tramo de carretera, tras pasar junto al monumento a la vaca pasiega, continuaremos nuestra travesía por un camino próximo a una zona de prados con cabañas, hasta introducirnos en un hayedo y proseguir nuestro descenso hasta la plaza de Bustablado, punto de finalización de la ruta.