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Duración: 1:30 horas
Desnivel acumulado: 45m
Distancia: 2 Km
Tipo de recorrido: circular
Tipo de firme: Sendero
Dificultad: Baja
La singularidad que hace acreedor de especial protección a este bosquete de secuoyas radica en que se trata de una especie inhabitual en Cantabria, muy poco común formando masas en estado seminatural en España, capaz de alcanzar proporciones enormes y una gran longevidad. La parcela de secuoyas del monte Cabezón se plantó en la segunda mitad de los años cuarenta del siglo pasado. Aunque ahora pueda resultar inesperada su presencia en este ambiente costero de Cantabria, su existencia responde a las circunstancias concretas de un período histórico marcado por la intención gubernamental, en el marco de la política autárquica del régimen. En ese contexto se plantan las secuoyas del monte Cabezón, que perviven hoy como reflejo de aquella política forestal, de aquél momento económico, y de aquella actividad experimental a la búsqueda de las especies madereras más adaptadas a las necesidades de producción industrial. La parcela, de 2,5 Has de superficie, está compuesta por 848 pies de Sequioa sempervirens y 25 pies de Pinus radiata. Se incluye en el paraje de Monte Las Navas, en el Monte Cabezón, en Cabezón de la Sal. Esta especie originaria del Pacífico de los Estados Unidos y se asocia en condiciones naturales con el pino de Oregón, arces y robles. Quizás las dos características más definitorias de esta conífera, más allá del tamaño que alcanza, sean su longevidad -puede superar el millar de años- y su rapidez de crecimiento, que alcanza razones de 1,80 metros/año entre los cuatro y los diez años de edad.
Ticket conjunto: El ticket de esta actividad da derecho también a realizar la actividad de la mañana ‘Llasca de los Moros’