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Duración: 3:30 horas
Desnivel acumulado: 300 m
Distancia: 6 Km
Tipo de firme: sendero y pista forestal
Dificultad: Baja
Ésta ruta recorre el Valle de Bedoya, por él desciende el río Santo, que desemboca en el río Deva, pocos metros antes de adentrarse en el Desfiladero de La Hermida.
La ruta comienza en el pueblo de San Pedro de Bedoya, que se encuentra a 520 metros de altitud, ascendemos valle arriba por el margen izquierdo del río, a pocos metros, tras dejar la pista, nos introducimos en un sendero, que atraviesa un castañar (Castanea sativa), con ejemplares de gran tamaño. Volvemos de nuevo a cruzar el río, donde observamos la vegetación de ribera, como sauces (Salix sp), chopo negro (Populus nigra), alisos (Alnus glutinosa) y avellanos (Corylus avellana). El sendero empieza a coger altura hasta llegar a introducirse en un bosque de roble melojo (Quercus pyrenaica), donde se puede escuchar algún pájaro carpintero como el pico mediano (Dendrocopos medius), muy común en Liébana.
El camino continua ahora sin apenas pendiente, vamos viendo como la vegetación cambia en función de la vertiente y de la humedad que aporta algún arroyo que atravesamos, hasta llegar a un claro de bosque, lugar conocido como Faltrave, donde predomina el haya (Fagus sylvatica).
A continuación atravesaremos zonas de praderas de siega y diente, hasta alcanzar una pista que nos llevará al pueblo de Salarzón. Aquí cabe destacar su conjunto histórico, con su Iglesia neoclásica de San Juan Bautista, único ejemplo en el valle de Liébana y, junto a ella, la casa -palacio de los Condes de la Cortina, familia oriunda de Liébana que emigró a América a finales del siglo XVIII.
A partir de aquí, la ruta abandona el camino señalizado como sendero de pequeño recorrido y regresa hacia San Pedro de Bedoya, punto de inicio de la ruta. Lo hace no por carretera sino por el antiguo camino que comunicaba éstas poblaciones en el pasado.