Duración: 3:30 horas
Desnivel acumulado: 200 m.
Distancia: 4-5 km
Dificultad: baja
Nuestra primera ruta temática con las aves más montaraces de Valles Pasiegos la realizamos recorriendo un mirador inigualable. Desde el Alto del Caracol (830 m) vamos recorriendo con paso atento las lomas y escarpes con los que la montaña del Miera se posiciona frente al relieve más suave del valle del río Pisueña. Es éste territorio rupícola de algunas aves de buen porte e interés: ratoneros, cuervos, buitres, milanos reales y hasta el alimoche, se dejan ver surcando estas cuerdas entre valles.
La cómoda pista rural nos permite adentrarnos con los prismáticos entre el verde brillante de los espinos albares y algunas recias cabañas que salpican las desnudas laderas. Allí se citan zorzales, algunas currucas y acentores, a los que los mirlos despegan del follaje con sus voces de alarma. Es algo más arriba, cuando el pastizal y las turberas aparecen. donde asaltaremos la intimidad de algunas aves curiosas: bisbitas que juegan a ser paracaidistas, hordas de pardillos que sobrevuelan el espacio en busca de semillas, o alondras que dominan el arte del canto en vuelo, entre otros.
Todo un conjunto de relaciones entre especies y hábitats por descubrir; viajeros que acaban de llegar, otros que aún están de paso y los menos que nunca se fueron. El conjunto alado forma parte de una comunidad ornítica de gran interés enmarcada en uno de los paisajes más grandiosos de nuestra tierra; aquel que a la mirada ofrece -sin así pretenderlo- no sólo aves de fascinantes historias, sino también amplios horizontes donde la montaña cántabra cede su nombre a tierras castellanas, e incluso astures.