Aforo de la actividad sujeto a posibles restricciones por el COVID-19. Con la actualización semanal del semáforo COVID-19 del Gobierno de Cantabria es posible que esta actividad vea su aforo reducido por posible un aumento de la incidencia del virus en el municipio en el que se desarrolla. En ese caso tendremos que dar de baja a las últimas personas inscritas. Semáforo COVID-19 https://biweb.scsalud.es/extensions/incidencia/incidencia.html
NO TE OLVIDES LA MASCARILLA: Siguiendo la normativa de prevención del COVID-19 la mascarilla será obligatoria siempre y cuando no se pueda respetar 1,5m. de distancia. El guía tiene la potestad de decidir sobre el uso de la mascarilla cuando considere que no se mantiene la distancia de seguridad.
Duración: 6 horas
Desnivel acumulado: 650 m
Distancia: 14 Km
Tipo de recorrido: Circular
Tipo de firme: Sendero, pista forestal y braña
Dificultad: media
El Arroyo de Los Brañales es un recóndito afluente del Río Nansa en su cabecera. Como muchas de las cabeceras de los ríos de Cantabria, se encuentra protegida por la diversidad de hábitat y especies que alberga. Por eso por donde vamos a caminar se solapan una reserva natural fluvial (RNF Nacimiento del río Nansa), un LIC (LIC de los valles altos del Nansa, Saja y Alto Campoo) y una ZEPA (Sierra del Cordel). Y limita con otra ZEPA, la de Peña Sagra. En estos puntos el avistamiento de aves es un aliciente más a las salidas al campo.
Desde la población de Puente Pumar nos adentraremos por la ribera del arroyo Los Brañales en un hábitat bastante naturalizado, sólo alterado por los pocos habitantes del municipio que lo usan en sus actividades agrarias. En este primer tramo se oye el rumor del arroyo y veremos flora característica de ribera y zonas húmedas. También es refugio de muchas especies de fauna que buscan cobijo y tranquilidad en este espacio. Los pequeños saltos de agua y remansos también albergan una importantísima riqueza en forma de vida acuática. En éstas cabeceras la calidad de las aguas aún es buena.
A medida que ascendemos nos vamos introduciendo más en el hayedo, el bosque por excelencia que domina en cuanto nos separamos del río. Por encima y ya ganando cierta altura atravesaremos praderías y pastizales, algunas zonas húmedas con riqueza botánica en forma de orquídeas y otras flores de praderías montanas. Llegaremos a los 1350 m sobre el nivel del mar. En este punto empezamos a disfrutar de las vistas de los montes cercanos. Durante el descenso tendremos la Sierra de Peña Sagra en el horizonte. Pasando entre escobas, brezos y praderas de pastos copadas por el ganado que campa libremente en verano.