Duración: 5 horas
Desnivel: 420 m
Distancia: 12 Km
Tipo de recorrido: circular
Tipo de firme: Sendero
Dificultad: Media
Esta ruta discurre por el corazón del Parque Natural de Los Collados del Asón y permite descubrir las formas heredadas del modelado glaciar y kárstico del macizo del Alto Asón. Se inicia el recorrido en el aparcamiento de Los Collados del Asón (687 metros) avanzando por una pista ganadera que gana lentamente altura hasta el Alto de La Posadía (896 metros). En este trayecto llaman la atención los destacados relieves de Los Castros de Horneo y Los Campanarios, formaciones de caliza afectadas por importantes procesos de karstificación. En la margen derecha del camino, la plataforma de abrasión glaciar muestra la característica topografía aplanada de estas morfologías, y aparece ahora colonizada en grietas y acanaladuras por encinas o sauces. Pronto se alcanza el poljé de Brenavinto, una de las más relevantes formas exokársticas del Parque Natural, una amplia depresión formada a favor de la disolución del sustrato calizo, con varios sumideros o “ponor” que dirigen la escorrentía subaérea. El arroyo Rubridillo, que vierte aquí su escaso caudal, presenta en sus márgenes una curiosa formación de espino albar (Crataegus monogyna) y endrino (Prunus spinosa). Sin abandonar el sendero que se conduce en la margen derecha de la amplia depresión descrita se alcanza la Cabaña de Concinchao. En el recorrido aparecen varios bosquetes de hayas (Fagus sylvatica) asentados sobre lapiaces, en cuyo sotobosque destaca la presencia de eléboros (Helleborus sp.) o torviscos (Daphne sp.). En un curioso recodo del bosque aún se conservan las porquerizas, estructura que aprovecha el abrigo de la roca caliza, donde “los antiguos” del decir popular guarecían los cerdos durante la noche para que aprovechasen en la mañana del primer “tardío” el pasto de hayucos. Acompañan el trayecto en este tramo algunos ejemplares de mostajo (Sorbus aria), con su característico color blanquecino en el envés, o abedul (Betula alba), conocido aquí como “el árbol que te mira” por las marcas, similares a los ojos, que presenta en su blanca corteza. El sendero deriva finalmente en Canalahonda. Se trata de otra forma externa del karst, un cañón de casi setecientos metros de longitud, de fuerte verticalidad, excavado en la roca por la acción del agua y de los repetidos ciclos de hielo-deshielo. El descenso a través del sendero del valle deja a un lado Brenarromán, una cubeta de origen glaciokárstica generada en una de las pulsaciones de retroceso del glaciarismo cuaternario. Aparece frecuentemente encharcada y sustenta un importante aprovechamiento ganadero. La formación de landa atlántica con brezos (Erica vagans, Erica cinerea o Daboecia cantabrica) y tojo (Ulex galli) del entorno de El Senderón, acompaña el trayecto hasta el Alto de La Posadía. No será difícil en este entorno sorprender al raposo, al corzo, o divisar el recortado planear del buitre leonado.
Agradecimientos: Galería de fotos de Javier Maza