Duración: 3:30 horas
Desnivel acumulado: 158 m
Distancia: 7.79 Km.
Tipo de recorrido: Circular
Tipo de firme: Sendero
Dificultad: Baja (La ruta tiene un pequeño repecho al final)
La ruta discurre íntegramente por la ZEC rías occidentales y duna de Oyambre, en el municipio costero de Val de San Vicente. En el extremo noroccidental de Cantabria, el río Nansa y el río Deva forman en su desembocadura las rías de Tina Menor y Tina Mayor, que reciben el nombre de las sierras planas de Prellezo y Pechón respectivamente. Las sierras planas son una formación geológica única, antiguas plataformas de abrasión marina, labradas en los materiales más antiguos de Cantabria y datadas en 480 millones de años.
Las características del suelo, formado principalmente por roca caliza, permiten la presencia abundante de vegetación mediterránea, con especies tan representativas cómo el laurel, el madroño, el escaso acebuche y un encinar bien desarrollado que atravesamos en la franja más occidental de la ruta. Durante la floración de las orquídeas, al comienzo de la primavera, son frecuentes las orquídeas del género Serapias y Ophrys y los prados de diente y siega son un mosaico de flora que atrae a innumerables insectos.
Los abruptos acantilados erosionados por la acción del mar dominan el paisaje en la primera parte del recorrido, especies como el hinojo marino (Crithmum maritim), la globularia (Globularia vulgaris) y el llantén marino (Plantago marinum) se adaptan a un paisaje seco y salino con largas raíces y hojas crasas para retener la escasa humedad.
La campiña nos permite observar durante todo el año numerosas especies de paseriformes, pinzones, carboneros, herrerillos, petirrojos, tarabillas, jilgueros y rapaces en vuelo como los habituales ratoneros, cernícalos, milanos reales a los que se suman desde comienzo de marzo y hasta finales de verano numerosos milanos negros y en ocasiones algún alimoche.
El paisaje ha sido durante siglos modelado por el hombre, las dolinas, fruto de los procesos de karstificación fueron aterrazadas para el cultivo de la vid, posible gracias al microclima existente al abrigo de las tinas y alejado de las sierras litorales que dota a la zona de un ambiente más seco y de más horas de sol que poblaciones situadas a apenas unos kilómetros. Actualmente el cultivo de la vid ha sido abandonado en pos de la ganadería, y un desarrollo turístico cada vez más importante.