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Duración: 3:30 horas
Desnivel acumulado: 150 m
Distancia: 6 Km
Tipo de recorrido: circular
Tipo de firme: Sendero, pista y braña
Dificultad: Baja
El itinerario se inicia en Monegro, junto al embalse del Ebro y en la cara sur del monte Otero. Desde su barrio de Quintana, excelente mirador del valle, se aprecian los rasgos que caracterizan al humedal, que se extiende sobre 6253 hectáreas y tiene capacidad para albergar un volumen de agua de 540 hectómetros cúbicos. Se trata de uno de los enclaves de mayor importancia en la región para la migración de aves acuáticas, albergando regularmente cerca de 5.000 ejemplares de 22 especies, siendo los más comunes y abundantes los ánades silbón, real y friso, y la cerceta común. Es el único ámbito de Cantabria en que se reproducen el ánade friso y las casi 150 parejas de somormujo lavanco. Las áreas más sensibles a las variaciones de consumo del agua embalsada son lógicamente las riberas, una extensa franja perimetral que conforma un mosaico vegetal en el que abundan los pastizales, praderas y brezales, apareciendo puntualmente formaciones cultivadas de pino albar como reminiscencia histórica de la etapa posterior a la puesta en marcha del embalse, cuando se pretendió una regeneración de la ribera que favoreciese el drenaje de los terrenos pantanosos emergidos de la espaciosa llanura de La Virga. A lo largo del recorrido se atraviesa uno de los escasos robledales de Quercus robur de Campoo, que alterna su formación boscosa con pastizales de altura en los límites de la divisoria de aguas cantábrica. Resulta singular el entorno del Campo de las Espinas, un pastizal comunal, salpicado de espino albar, sobre el que se asienta la ermita de la Virgen de las Nieves. El carácter panorámico del recorrido permite divisar casi todas las grandes unidades del paisaje campurriano, desde las cumbres de Alto Campoo hasta las Merindades burgalesas.