Los  destinatarios  obtendrán  una  visión  integral  del  ENP  como  factor  de  conservación  y desarrollo, comprenderán principios de Conservación de la Naturaleza y Desarrollo Sostenible, se  capacitarán  en  programación  y  desarrollo  de  actividades  de  Uso  Público,  en emprendimiento y buenas prácticas ambientales en empresa turística o agro-artesana y serán transmisores de aceptación social de ENP.Empresarios  y  trabajadores  de  servicios  turísticos,  hostelería  y  pymes  agroalimentarias locales (300 de los 500 socios de la Asociación de Turismo Rural de Cantabria) más 50 pymes de  artesanía  y  agroalimentación  y  60  trabajadores  de  Pymes  y  micropymes  o  trabajadores por cuenta propia vinculados a estos sectores citados.

Todos  los  sectores  que  serán  objeto  de  atención  en  este  proyecto  pueden  calificarse  como sectores  en  reconversión.  La  Cantabria  rural  ha  mantenido  hasta  hace  apenas  una  década esencias claramente agrarias, tanto en la distribución de activos por sectores como en lo que atañe al peso de la producción –básicamente ganadera y lechera- en el PIB regional. Aún en los  primeros  años  de  este  siglo  era  posible  reconocer  estructuras  productivas  con  valores superiores  al  50%  de  la  población  activa  de  algunos  municipios  rurales  englobados  en  el sector primario, distribución para nada acorde a las economías modernas.

La crisis del sector lechero, las exigencias de la UE en materia de sanidad animal y procesos productivos,  la  falta  de  renovación  generacional  en  el  sector  y  los  problemas  demográficos asociados  a  las  recientes  dinámicas  del  medio  rural  han  contribuido  a  un  abandono generalizado de pequeñas y medianas explotaciones, con el consiguiente y obligado proceso de reconversión de activos, por lo general con baja cualificación y escasa experiencia; si bien en  un  primer  momento  la  construcción  pudo  asumir  el  contingente  de  activos  que abandonaban la actividad ganadera, en los últimos cinco años ese proceso se ha revertido, pues  aquel  otro  sector  genera  también  demandantes  de  empleo  que  sólo  dos  sectores parecen  en  disposición  de  acoger:  el  turismo  rural  y  la  hostelería  o  la  producción  agro-artesana  y  alimentaria  de  elevado  valor  añadido.  Estos  sectores  acumulan  por  tanto  un contingente de activos o emprendedores que por lo general provienen de otros ámbitos de la economía  local  y  requieren  apoyo,  formación,  asesoramiento  y  el  impulso  necesario  para convertir su actividad en una actividad competitiva y eficaz.